sábado, 25 de diciembre de 2010

Piú Avanti!!


Atravesando milenios de mandatos nacidos del dolor y del amor subyugado, surgen voces desbordadas de perenne resistencia. Silente rebeldía de féminas condenadas a la eterna ordalía sólo interrumpida por la divina merced de algún andante y ungido caballero, propietario sui generis de la honra con que honra a la caterva descastada de la especie.

Una, cientos, miles de voces que resuenan, ásperas y duras a veces, agónicas y exhaustas otras, de tanto dejar el pellejo entre sábanas, pañales y mortajas. Voces que se sublevan y levantan, inquisidoras, contra el universo atroz de semen enmohecido que carcome las conciencias inconscientes de la masa.

¿Cómo hacer que se despojen de las pústulas del sueño, de las llagas de la culpa, de las costras del silencio?

Liberando la palabra que libera. Tallando, cincelando, modelando, tejiendo... fraguando poesía. Así, como lo hacen muchas, sin estridencias felinas, sin silogismos prestados ni gimoteos vacuos. Así, suave pero firme, asentando sus plantas sobre profundas huellas de mujeres gigantescas, trashumantes en un mundo de pigmeos, forjadoras de senderos, que aunque hostiles, se repliegan ante el paso inclaudicable de quienes se saben vencedoras.



Dónde lloran las mujeres adúlteras

el desamor

Dónde esconden su pena?

Detrás de los cortinados

enjuagan lágrimas prohibidas?

Mientras hacen cocidos,

en las oficinas desoladas,

en las universidades,

en las plazas cuando pasean a sus hijos

o a los hijos de sus hijos?

Dónde guardan el dolor de la injuria

cuando cae la noche

Mientras tejen derecho y revés

pergeñan el infierno tan temido?

Dónde purgan el amor ausente

cuando el reloj da la hora del ángelus?

En que muro lapidan sus culpas?

Dónde golpean su pecho y acallan el grito

las necias mujeres infieles?