martes, 20 de diciembre de 2011

Diez trucos infalibles para no escribir - Josefina Licitra



Uno. Hacer algo con tierra. Plantar habas, pimientos y flores. Hundir caracoles en sal. Matar insectos. Seguir hormigas como se sigue la huella de un crimen.

Dos. Nadar. Inhalar de costado, retener el aire, soltarlo en cuatro brazadas, ver las burbujas saliendo de la nariz. No pensar en palabras: solo en burbujas.

Tres. Apoyar el oído sobre el pecho de alguien. Sentir el latido. Sentir la fragilidad del cuerpo, y hundirse en un sopor de comodidad y angustia. Amar.

Cuatro. Poner música en el living. Bailar de modos indebidos. Tomar la guitarra y soñar con ser la nueva Janis Joplin. Procurar que nadie, en tu casa, se entere de cosa semejante.

Cinco. Fascinarse con la televisión basura. Ver Cops, Bailando por un sueño y las experiencias paranormales del canal Infinito. Ver programas del corazón. Escuchar los problemas de cama y celos de gente ordinaria. En algún momento, pronunciar la frase: “Ella tiene razón”.

Seis. Viajar a Montevideo y caminar por la Rambla. Sentir el ruido del viento y del agua y no saber qué ruido pertenece a qué cosa. Mirar el mar. Llorar por nada en especial: por solidaridad con el mar.

Siete. Ir a una tienda grande y probarse vestidos de fiesta. Mirar los precintos de seguridad. Fantasear con robar todo. Luego recapacitar. Entender que ya no vas a fiestas. Comprar dos remeras y pensar en la palabra “oportunidad”.

Ocho. Criticar a alguien por teléfono mientras se lava un plato, se hace una cama o se lleva a cabo cualquier otra acción vinculada al tedio. Compadecerse de las vidas de los otros.

Nueve. Hablar con tu abuela. Empezar con temas de salud y terminar hablando de delincuencia juvenil. Decirle que sí a todo. No pensar en su muerte. No pensar en la muerte de nadie querido, nunca.

Diez. Hacer un asado e invitar –entre tantos– a una persona sociable y otra sobreinformada. Pasar la noche tomando vino; dejar que los dos invitados entretengan al resto. Luego hacer el amor con tu pareja y dormir. No dejar que las palabras interrumpan el sueño, ni ninguna otra cosa.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Desnuda, al fondo del escenario



Desnuda, al fondo del escenario,

entre telas arrumbadas,

cables y sogas que cuelgan, yace.

Es la hija, fuego frío, arteria seca.

Detrás de los cartones pintados,

bajo nubes de utilería,

la hija, fuego frío, arteria seca, yace.

¿Qué pasaje repetir,

qué tambor de hojalata batir para despertarla,

con qué camisa de reina,

máscara de princesa vestirla

antes de que el Tiempo,

ahora detenido por un momento

para contemplar su frente, sus tobillos,

retome el oficio de guionista

y escriba polvo donde ahora dice carne?


viernes, 19 de agosto de 2011

Manifiesto (Hablo por mi diferencia)-Pedro Lemebel




No soy Pasolini pidiendo explicaciones
No soy Ginsberg expulsado de Cuba
No soy un marica disfrazado de poeta
No necesito disfraz
Aquí está mi cara
Hablo por mi diferencia
Defiendo lo que soy
Y no soy tan raro
Me apesta la injusticia
Y sospecho de esta cueca democrática
Pero no me hable del proletariado
Porque ser pobre y maricón es peor
Hay que ser ácido para soportarlo
Es darle un rodeo a los machitos de la esquina
Es un padre que te odia
Porque al hijo se le dobla la patita
Es tener una madre de manos tajeadas por el cloro
Envejecidas de limpieza
Acunándote de enfermo
Por malas costumbres
Por mala suerte
Como la dictadura
Peor que la dictadura
Porque la dictadura pasa
Y viene la democracia
Y detrasito el socialismo
¿Y entonces?
¿Qué harán con nosotros compañero?
¿Nos amarrarán de las trenzas en fardos
con destino a un sidario cubano?
Nos meterán en algún tren de ninguna parte
Como en el barco del general Ibáñez
Donde aprendimos a nadar
Pero ninguno llegó a la costa
Por eso Valparaíso apagó sus luces rojas
Por eso las casas de caramba
Le brindaron una lágrima negra
A los colizas comidos por las jaibas
Ese año que la Comisión de Derechos Humanos
no recuerda
Por eso compañero le pregunto
¿Existe aún el tren siberiano
de la propaganda reaccionaria?
Ese tren que pasa por sus pupilas
Cuando mi voz se pone demasiado dulce
¿Y usted?
¿Qué hará con ese recuerdo de niños
Pajeándonos y otras cosas
En las vacaciones de Cartagena?
¿El futuro será en blanco y negro?
¿El tiempo en noche y día laboral
sin ambigüedades?
¿No habrá un maricón en alguna esquina
desequilibrando el futuro de su hombre nuevo?
¿Van a dejarnos bordar de pájaros
las banderas de la patria libre?
El fusil se lo dejo a usted
Que tiene la sangre fría
Y no es miedo
El miedo se me fue pasando
De atajar cuchillos
En los sótanos sexuales donde anduve
Y no se sienta agredido
Si le hablo de estas cosas
Y le miro el bulto
No soy hipócrita
¿Acaso las tetas de una mujer
no lo hacen bajar la vista?
¿No cree usted
que solos en la sierra
algo se nos iba a ocurrir?
Aunque después me odie
Por corromper su moral revolucionaria
¿Tiene miedo que se homosexualice la vida?
Y no hablo de meterlo y sacarlo
Y sacarlo y meterlo solamente
Hablo de ternura compañero
Usted no sabe
Cómo cuesta encontrar el amor
En estas condiciones
Usted no sabe
Qué es cargar con esta lepra
La gente guarda las distancias
La gente comprende y dice:
Es marica pero escribe bien
Es marica pero es buen amigo
Súper-buena-onda
Yo no soy buena onda
Yo acepto al mundo
Sin pedirle esa buena onda
Pero igual se ríen
Tengo cicatrices de risas en la espalda
Usted cree que pienso con el poto
Y que al primer parrillazo de la CNI
Lo iba a soltar todo
No sabe que la hombría
Nunca la aprendí en los cuarteles
Mi hombría me la enseñó la noche
Detrás de un poste
Esa hombría de la que usted se jacta
Se la metieron en el regimiento
Un milico asesino
De esos que aún están en el poder
Mi hombría no la recibí del partido
Porque me rechazaron con risitas
Muchas veces
Mi hombría la aprendí participando
En la dura de esos años
Y se rieron de mi voz amariconada
Gritando: Y va a caer, y va a caer
Y aunque usted grita como hombre
No ha conseguido que se vaya
Mi hombría fue la mordaza
No fue ir al estadio
Y agarrarme a combos por el Colo Colo
El fútbol es otra homosexualidad tapada
Como el box, la política y el vino
Mi hombría fue morderme las burlas
Comer rabia para no matar a todo el mundo
Mi hombría es aceptarme diferente
Ser cobarde es mucho más duro
Yo no pongo la otra mejilla
Pongo el culo compañero
Y ésa es mi venganza
Mi hombría espera paciente
Que los machos se hagan viejos
Porque a esta altura del partido
La izquierda tranza su culo lacio
En el parlamento
Mi hombría fue difícil
Por eso a este tren no me subo
Sin saber dónde va
Yo no voy a cambiar por el marxismo
Que me rechazó tantas veces
No necesito cambiar
Soy más subversivo que usted
No voy a cambiar solamente
Porque los pobres y los ricos
A otro perro con ese hueso
Tampoco porque el capitalismo es injusto
En Nueva York los maricas se besan en la calle
Pero esa parte se la dejo a usted
Que tanto le interesa
Que la revolución no se pudra del todo
A usted le doy este mensaje
Y no es por mí
Yo estoy viejo
Y su utopía es para las generaciones futuras
Les dé un pedazo de cielo rojo
Hay tantos niños que van a nacer
Con una alíta rota
Y yo quiero que vuelen compañero
Que su revolución

Les dé un pedazo de cielo rojo
Para que puedan volar

martes, 3 de mayo de 2011

LA NOCHE - Eduardo Galeano

LA NOCHE / 1
No consigo dormir. Tengo una mujer atravesada entre los párpados. Si pudiera, le diría que se vaya; pero tengo una mujer atravesada en la garganta.

LA NOCHE / 2
Arránqueme, Señora, las ropas y las dudas. Desnúdeme, desnúdeme.


LA NOCHE / 3
Yo me duermo a la orilla de una mujer: yo me duermo a la orilla de un abismo.

LA NOCHE / 4
Me desprendo del abrazo, salgo a la calle.
En el cielo, ya clareando, se dibuja, finita, la luna.
La luna tiene dos noches de edad.
Yo, una.

domingo, 3 de abril de 2011

Para un mejor amor - Roque Dalton


Nadie discute que el sexo es una categoría en el mundo de la pareja: de ahí la ternura y sus ramas salvajes.

Nadie discute que el sexo es una categoría familiar: de ahí los hijos, las noches en común y los días divididos (él, buscando el pan en la calle, en las oficinas o en las fábricas; ella, en la retaguardia de los oficios domésticos, en la estrategia y la táctica de la cocina que permitan sobrevivir en la batalla común siquiera hasta el final del mes).

Nadie discute que el sexo es una categoría económica: basta mencionar la prostitución, las modas, las secciones de los diarios que sólo son para ella o sólo son para él.

Donde empiezan los líos es a partir de que una mujer dice que el sexo es una categoría política.

Porque cuando una mujer dice que el sexo es una categoría política puede comenzar a dejar de ser mujer en sí para convertirse en mujer para sí, constituir a la mujer en mujer a partir de su humanidad y no del sexo, saber que el desodorante mágico con sabor a limón y jabón que acaricia voluptuosamente su piel son fabricados por la misma empresa que fabrica el napalm, saber que las labores propias del hogar son las labores propias de la clase social a que pertenece ese hogar, que la diferencia de sexos brilla mucho mejor en la profunda noche amorosa cuando se conocen todos esos secretos que nos mantenían enmascarados y ajenos.

sábado, 26 de marzo de 2011



"...Yo conozco una calle que hay en cualquier ciudad,
una calle que nadie conoce ni transita.
Sólo yo voy por ella con mi dolor desnudo,
sólo con el recuerdo de una mujer querida
Está en un puerto. ¿Un Puerto? Yo he conocido
[un puerto.
Decir: Yo he conocido, es decir: Algo ha muerto."


lunes, 28 de febrero de 2011

"Donde habite el olvido" - Luis Cernuda


Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.

En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.

Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.

Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.

Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.

martes, 15 de febrero de 2011

Guayasamín - EL LEGADO DE UNA ILUSIÓN

"Ausente" - César Vallejos


Ausente! La mañana en que me vaya

más lejos de lo lejos al Misterio,

como siguiendo inevitable raya,

tus pies resbalarán al cementerio.

Ausente! La mañana en que a la playa

del mar de sombra y del callado imperio,

como un pájaro lúgubre me vaya,

será el blanco panteón tu cautiverio.

Se, habrá hecho de noche en tus miradas;

y sufrirás, y tomarás entonces

penitentes blancuras laceradas.

Ausente! Y en tus propios sufrimientos

ha de cruzar entre un llorar de bronces

una jauría de remordimientos!


lunes, 14 de febrero de 2011

"El jardín de las delicias" - Olga Orozco


¿Acaso es nada más que una zona de abismos y volcanes en
plena ebullición, predestinada a ciegas para las ceremonias de la
especie en esta inexplicable travesía hacia abajo? ¿O tal vez un
atajo, una emboscada oscura donde el demonio aspira la inocencia
y sella a sangre y fuego su condena en la estirpe del alma?¿ O tan
sólo quizás una región marcada como un cruce de encuentro
y desencuentro entre dos cuerpos sumisos como soles?
No. Ni vivero de la Perpetuación, ni fragua del pecado original,
ni trampa del instinto, por más que un solo viento exasperado
propague a la vez el humo, la combustión y la ceniza. Ni siquiera
un lugar, aunque se precipite el firmamento y haya un cielo que
huye, innumerable, como todo instantáneo paraíso.

A solas, sólo un número insensato, un pliegue en las membranas
de la ausencia, un relámpago sepultado en un jardín.

Pero basta el deseo, el sobresalto del amor, la sirena del
viaje, y entonces es más bien un nudo tenso en torno al haz de
todos los sentidos y sus múltiples ramas ramificadas hasta el
árbol de la primera tentación, hasta el jardín de las delicias y
sus secretas ciencias de extravío que se expanden de pronto
de la cabeza hasta los pies igual que una sonrisa, lo mismo
que una red de ansiosos filamentos arrancados al rayo, la
corriente erizada reptando en busca del exterminio 0 la salida,
escurriéndose adentro, arrastrada por esos sortilegios que son
como tentáculos de mar y arrebatan con vértigo indecible
hasta el fondo del tacto, hasta el centro sin fin que se desfonda
cayendo hacia lo alto, mientras pasa y traspasa esa orgánica
noche interrogante de crestas y de hocicos y bocinas, con
jadeo de bestia fugitiva, con su flanco azuzado por el látigo
del horizonte inalcanzable, con sus ojos abiertos al misterio
de la doble tiniebla, derribando con cada sacudida la nebulosa
maquinaria del planeta, poniendo en suspensión corolas como
labios, esferas como frutos palpitantes, burbujas donde late la
espuma de otro mundo, constelaciones extraídas vivas de su
prado natal, un éxodo de galaxias semejantes a plumas girando
locamente en el gran aluvión, en ese torbellino atronador que
ya se precipita por el embudo de la muerte con todo el universo
en expansión, con todo el universo en contracción para el parto
del cielo, y hace estallar de pronto la redoma y dispersa en la
sangre la creación.

El sexo, sí,
más bien una medida:
la mitad del deseo, que es apenas la mitad del amor.

sábado, 12 de febrero de 2011

" El caso del sargento enmascarado, es decir el poeta resucitado" - Guillaume Apollinaire


El nuevo Lázaro se sacudió como un perro y dejó el cementerio. Eran las tres de la tarde y por todos lados estaban pegando carteles relativos a la movilización.

E S T E

E S E L

A T A Ú D

E N E L

Q U E Y A

C Í A P U

T R E F A

C T O

Y P A

L I

D O

Reclamó un duplicado de su libreta militar en la gendarmería y como estaba en el servicio auxiliar, se hizo pasar al armado.

Desde hacía alrededor de tres meses, vivía en el depósito del N° Regimiento de Artillería de campaña en N.m.s.

Una tarde, hacia las seis, leía melancólicamente este curioso anuncio que decora un lienzo de pared en una callecita cercana al circo romano:

L A

C A S A P L A T Ó N

N O T I E N E S U C U R S A L

cuando ante él se irguió un singular sargento que formaba parte de su regimiento y cuyo rostro estaba cubierto por una máscara ciega.

— Sígame —le dice la máscara extraña—. Y cuidado con él.

— Lo sigo, sargento, —dijo el nuevo Lázaro— pero, dígame, ¿está herido?

— Tengo una máscara, artillero —dijo el sargento misterioso y esta máscara oculta todo lo que usted quisiera saber, todo lo que usted quisiera ver, oculta la respuesta a todas sus preguntas desde que usted ha vuelto a la vida, hace que todas las profecías se callen y, gracias a ella, ya no es posible que usted conozca la verdad.

Y el artillero resucitado siguió al sargento enmascarado; llegaron a la iglesia del Carmelo y tomaron el camino de Uzes que llevaba a los cuarteles.

Entraron, atravesaron el patio de honor, fueron por detrás de los edificios hasta el parque, donde apoyándose contra la rueda izquierda de un 75, de pronto el sargento se sacó la máscara y el poeta resucitado vio ante él todo lo que quería saber, todo lo que quería ver.

En los grandes paisajes de nieve y de sangre, vio la vida dura de los frentes; el resplandor de las granadas que explotan; la mirada alerta de los vigías agotados por la fatiga, al enfermero dando de beber al herido; al suboficial de artillería agente de enlace de un coronel de infantería esperando con impaciencia la carta de su amiga; al jefe de sección tomando la guardia en la noche cubierta de nieve; al Rey-Luna que flotaba por encima de las trincheras y gritaba, no en alemán, sino en idioma francés:

«Me toca a mí quitarle la corona que le di a su abuelo».

Al mismo tiempo, arrojaba pequeñas bombas llenas de angustia de locura sobre sus regimientos bávaros; en el cuerpo de los garibaldinos, Giovanni Moroni recibía una bala en el vientre y moría pensando en su madre Attilia; en París, David Bakar tejía pasamontañas para los soldados y leía L'Echo de París; Vierselin Tigoboth, conducía montado sobre el caballo de atrás, un coche blindado belga hacia Ybres; la señora de Muscade cuidaba a los heridos en un hospital de Cannes; el falso poeta Paponat era sargento furriel en un depósito de infantería de Lisieux; Rene Dalize comandaba una compañía de ametralladoras; el pájaro del Benin camuflaba piezas de artillería pesada; en Szepeny, en Hungría, un viejito elegante se suicidaba ante el altar donde descansa el relicario de Santa Adorata. En Viena, el conde Polanski, cuyo castillo está en los alrededores de Cracovia, regateaba en la tienda de un baratillero una máscara singular en forma de pico de águila; el feldwebel Hannes Irlbeck ordenaba a sus reclutas matar a un viejo cura de las Ardenas y a cuatro muchachas indefensas; el viejo ventrílocuo cómico Chrislam Barrow iba a dar funciones a los hospitales de Londres para distraer a los heridos.

Luego, el poeta resucitado vio los mares profundos, las minas flotantes, los submarinos, las temidas flotas. Vio los campos de batalla de Prusia oriental, de Polonia, la calma de un pueblito siberiano, los combates de África, Anzac y Sedulbar, Salónica, la elegancia escueta e infinitamente terrible del mar de trincheras en la Champagne Pouilleuse, al sub-teniente herido que se lleva a la ambulancia, a los jugadores de béisbol en el Connecticut; y batallas, batallas; pero en el momento en que iba a ver el final de todo esto, y sobre todo lo que tenía el deseo de conocer, el sargento se puso de nuevo la máscara ciega y dijo antes de irse:

— Artillero, usted faltó al llamado. Será anotado como ausente.

En ese momento la trompeta tocó el tierno y melancólico toque de retreta.

Levantando la cabeza antes de volver al dormitorio del cuartel, el poeta resucitado vio que en el cielo las estrellas se habían agrupado, que sin empañarse se deshojaban en pétalos odoríficos y formaban esta inscripción resplandeciente, como puntos de impacto de millones de gritos lanzados por la tierra y el cielo:

V I V A F R A N C I A

D U E R M E E N

S U P E Q U E Ñ O

L E C H O D E S O L

D A D O M I P O E T A R

E S U

C I

T A

D O

Luego, se fue como los otros con un destacamento...

Y el frente se iluminaba, los hexaedros rodaban, las flores de acero se abrían, las alambradas enflaquecían ensangrentadas por el deseo, las trincheras se abrían como las hembras delante de los machos.

Mientras el poeta escuchaba maullar a las granadas por encima de los hipogeos que excavaban los soldados, una Dama maravillosa acariciaba su collar de hombres atentos, ese collar sin igual, río panétnico que chorrea fuegos innumerables.

Y los caballos de brisa babeaban bajo la lluvia.

Oh día verdoso hacia donde va el regimiento de situación.

Oh trincheras, hermanas profundas de las murallas.

El sargento de la máscara ciega llegó a caballo hasta las líneas con un servicio de maderos para las trincheras, envuelto en vapores asfixiantes y sonriendo al futuro con amor, cuando el estallido de un obús de grueso calibre le golpeó la cabeza de donde salió como sangre pura, una Minerva triunfal.

¡Todo el mundo de pie para recibir cortesmente a la victoria!


jueves, 27 de enero de 2011

"POR ESCRITO GALLINA UNA" - Julio Cortázar


Con lo que pasa es nosotras exaltante. Rápidamente del posesionadas mundo estamos hurra. Era un inofensivo aparentemente cohete lanzado Cañaveral americanos Cabo por los desde. Razones se desconocidas por órbita de la desvió, y probablemente algo al rozar invisible la tierra devolvió a.

Cresta nos cayó en la paf, y mutación golpe entramos de. Rápidamente la multiplicar aprendiendo de tabla estamos, dotadas muy literatura para la somos de historia, química menos un poco, desastre ahora hasta deportes, no importa pero: de será gallinas cosmos el, carajo qué.

Spregelburg, Rafael. “¿Por qué necesitamos que nos mientan descaradamente?”

miércoles, 26 de enero de 2011

Poema de Frida Kahlo


Calladamente, la pena

Ruidosamente el dolor

el veneno acumulado

me fue dejando el amor

Mundo extraño ya era el mió

de silencios criminales

de alertas ojos ajenos

equivocando los males

obscuridad en el dia

las NOCHES no las vivía

Te estás matando!!

TE ESTAS MATANDO!!

Con el cuchillo morboso

De las que están vigilando

La culpa la tuve yo?

Admito mi culpa grande

Tan grande como el dolor

Era una salida enorme

Por donde pasé mi amor

Salida muy silenciosa

Que me llevaba a la muerte

Estaba tan olvidada!

Que ésta era mi mejor suerte

Te estás matando

TE ESTAS MATANDO

Hay quienes ya no

Te olvidan!

Acepté su mano fuerte

Aqui estoy para que vivan


martes, 25 de enero de 2011

Poema de Frida Kahlo


La tragedia es lo más
ridículo que tiene el hombre
pero estoy segura, de que los
animales, aunque sufren
no exhiben su pena
en teatros abiertos
ni cerrados ( los hogares )
y su dolor es más cierto
que cualquier imagen
que pueda cada hombre
representar como dolorosa