viernes, 28 de noviembre de 2008

Poema - Carles Duarte I Montserrat

La arena entre los dedos

te resuena en la piel

un tacto que precisas,

una corteza de labios y de piedras,

y, tras los ojos,

precipicios sobre el mar.


En la despensa de las miradas,

que proteges del viento

como un tesoro frágil,

te resguardas del odio,

y la sangre, sin aliento,

enjuaga las palabras

y el dolor que se esparce.


Se escapa inalcanzable

y no puedes detenerla:

la arena se lleva

la mano que tanto has deseado;

no abandones la ternura

que guardabas en ella

hasta que la muerte te crezca

entre los dedos

y el olvido empiece a derruirte,

entonces se sabrá quién has sido.



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